Diferencias entre los distintos tipos de aceites de oliva

 El Comité Olímpico Internacional distingue cuatro tipos: aceite de oliva virgen extra, aceite de oliva virgen, aceite de oliva corriente mientras que la legislación europea el aceite de oliva corriente no se incluye en la clasificación.

Si nos centramos en aceite de oliva virgen extra, aceite de oliva virgen y aceite de oliva, ¿Hay mucha diferencias entre éstos? Pues sí. Veámoslo.
La clasificación se hace según cumplan unos parámetros fisicoquímicos y unas características organolépticas que se valoran en catas (donde se valora sabor y olor). Obviamente estas características son más estrictas en el aceite de oliva virgen extra, que es el que se paga a precio de oro.


El aceite de oliva virgen extra y el aceite de oliva 
se extraen de las aceitunas de forma mecánica, es decir, son básicamente el zumo de las aceitunas.  Estos aceites los obtenemos cuando las aceitunas llegan en buen estado a la almazara y se trabaja en condiciones adecuadas. Cuando las aceitunas no llegan en buen estado o no se trabaja bien durante el proceso, obtenemos un aceite que no cumple los parámetros fisicoquímicos u organolépticos y que no nos queda más remedio que llevar nuestro aceite a la refinería. Allí trataran el aceite de manera diferente según los defectos que tengan, de manera que el aceite que aquí se obtiene se mezcla con un 15% aproximadamente de virgen extra o virgen, y se envasará como aceite de oliva.
A nivel nutricional, ¿hay grandes diferencias? Sí. Son solo los aceites de oliva virgen extra y virgen los que nos aportan los beneficios saludables que tantas veces son noticia. El aceite de oliva,  hemos visto que se refina y se mezcla con un 15% de virgen extra o virgen. De manera que nos aportaran solo este 15% de estos beneficios. Esto se debe a que en el refinado, el aceite pierde todos los componentes menores para corregirlo, pero que son las responsables de esos beneficios como prevención de enfermedades cardiovasculares o los efectos antioxidantes.